Me encanta hacer jabones y experimentar con todos los ingredientes que se me ocurren: frutas, flores, especias, tés, turrón, café...
Cuando me empezó esta afición estuve estudiando la idea de abrir una pequeña tiendecita para vender mis propios jabones y otros productos naturales que utilizo. Pero para hacer y vender jabones legalmente te lo ponen muy difícil, exigen demasiadas cosas, hasta que me dí cuenta de que sería imposible poder venderlos. Así que por el momento disfruto haciéndolos y regalándolos a mis amigos y familiares más cercanos. Los tengo a todos deseando que lleguen sus cumpleaños o alguna festividad porque saben que llegaré con un buen lote de productos hechos por mí.
Esta mañana, mientras disfruto de mi té rojo con miel y canela os voy a explicar cómo hago el jabón de aloe vera, miel y naranja. Este el el jabón que más le gusta a mi suegra; desde que empecé a hacerlo es lo único que utiliza para lavarse la cara.
Hay dos formas de hacer jabón, una es utilizando aceite y sosa cáustica y la otra es con glicerina. Yo he probados las dos técnicas pero por el momento estoy desarrollando más la de glicerina; aunque es más caro pero me gustan más los resultados que me da tanto en color, como en la textura y el olor.
Pues comienzo:
Los ingredientes que necesitamos para hacer este jabón son: aloe vera, una pastilla de jabón de glicerina, miel, aceite de oliva y una naranja.
Esta es la planta de aloe vera que tengo en casa. Es muy pequeñita y al aloe vera lo utilizo para muchísimas cosas, no solo para el jabón. Por ello utilizo la planta en ocasiones muy puntuales y mayoritarimente utilizo el aloe vera que venden en herbolarios envasado en tubos. En la etiqueta pone aloe vera puro 99,9%.
Para hacer este jabón utilizo dos hojas de aloe vera. Primero hay que quitarle los pinchos y después se abren por la mitad. Echamos en una cacerola todo el interior de la hoja. La primera vez que lo hagáis puede ser un poco desagradable; es muy pringoso y os puede dar asco. Pero pensad que es un producto muy natural y es el ingrediente más importante de este jabón.
Cuando terminéis este proceso ¡¡¡no os lavéis las manos con jabón!!! simplemente aclaradlas con agua y veréis qué bien se quedan las manos: muy suaves e hidratadas.
No me voy a detener ahora a explicar las propiedades del aloe vera
porque el aloe se merece todo un post, ya lo subiré otro día y os
explicaré para qué otras muchas cosas utilizo el aloe vera.
En esta imágen tenéis el aloe en la cacerola. Recordad que si no tenéis una planta de aloe en casa podéis comprar en herbolarios aloe vera envasado. Es muy importante que miréis los ingredientes, sólo debe de contener aloe vera.
Y ésta es la pastilla de jabón de glicerina. Lo ideal sería comprar glicerina natural pero yo no la encuentro en las tiendas y pedirla por internet me encarece mucho mi hobbie así que utilizo estos jabones. Personalmente, el que más megusta de los que he probado es el de la marca Heno de Pravia, es el que tiene el olor más suave y permite que resalte el olor de los demás ingredientes.
La glicerina es humectante, hidrata la piel. Es muy buena para todo tipo de pieles, hasta para las más delicadas, disminuye el picor, ayuda a tratar enfermedades cutáneas y ayuda a curar más rápidamente las heridas.
Un chorrito de miel. En el anterior post os indiqué que la miel es muy beneficiosa para comerla. Como véis, para la piel también es muy muy interesante. Limpia en profundidad la piel, es un suave exfoliante, es un hidratante extremadamente bueno, es muy buena para el tratamiento del acné, previene la aparición de manchas, evita las arrugas prematuras y deja la piel muy suave.
Un chorrito de aceite de oliva. Podéis utilizar otros aceites como de almendras dulces, de rosa mosqueta, de coco, de romero... según las propiedades que estéis buscando. Lo más importante, de nuevo, mirar los ingredientes, que no contenga otra cosa que no sea el aceite.
Rayadura de la cáscara de una naranja. A demás de proporcionar un olor muy agradable al jabón; la naranja también tiene propiedades muy interesantes para la piel. Es astringente, por lo que es muy buena para la piel grasa. Aclara poco a poco las manchitas de la piel. Mantiene la piel joven. Ayuda a prevenir y mejorar la piel de naranja.
Ya tenemos todos los ingredientes en la cacerola. Ahora solo queda encender el fuego y dejar que se fundan muy lentamente.
Es muy importante fundirlo a fuego muy lento y tener paciencia: buscamos fundir los ingredientes, no que se quemen. Así que despacito, paciencia y mucho cariño.
Poco a poco se irá formando una pasta. Removed constantemente para que no se queme. De nuevo os recuerdo la paciencia, hacedlo con mucho mimo, a fuego muy lento, removiendo constantemente. Que no se queme nada , o si no los ingredientes perderían sus propiedades.
Y este sería el resultado, una pasta densa y homogénea. Los únicos trocitos que deben de haber son los de cáscara de naranja.
Ya solo queda echarlo en un molde de plástico, que resista el calor. De plástico porque es un poco flexible y será más fácil a la hora de desenmoldar.
Ahora habrá que tener mucha paciencia porque aún no está listo. Tenemos que dejarlo 24 horas en la nevera para que endurezca.
Trascurridas las 24 horas lo podemos sacar del molde y cortarlo, al tamaño que más nos guste.
Y... éste es el resultado:
Mi suegra debe de estar loca de contenta porque he vuelto a hacer su jabón favorito!!!
GENIAL, GRACIAS POR COMPARTIR.
ResponderEliminarGracias por compartir, voy hacer la misma receta?
ResponderEliminarYo hice una con el mismo jabon y Le puse también miel aceite y café y chocolate.