Siempre me ha gustado mi pelo. Jamás me lo teñí, nunca me
puse mechas, ni me lo decoloré, ni me hice la permanente, tampoco nunca me hice
la plancha… pero hace cinco años fue terrorífico ver que me salían mis primeras
canas. ¿Tendría que empezar a teñirme como lo hacía mi madre? ¡Yo no aguantaba
ese olor tan fuerte cada vez que mi madre se encerraba en el cuarto de baño
para teñirse! Además sabía que el tinte era malísimo para el pelo.
Me puse a investigar y descubrí la henna. Investigué y leí
muchísimo antes de utilizarla, y solo leía ventajas, además de ser un producto
100% natural, se viene ya utilizando desde el Antiguo Egipto para teñir la
piel, el pelo, cuero, seda y lana. También se utiliza como repelente de algunos
insectos y para hacer perfumes.
Propiedades de la henna en el cabello: Da color, un color
muy natural. Cubre las canas. Da brillo al pelo y lo fortalece. Promueve el
crecimiento del cabello.
Volviendo a mi caso con la henna… nos volvemos a situar hace
cinco años atrás. Cuando me aseguré de que quería probar la henna me acerqué a
mi herbolario más cercano y vi que tenían henna de varias tonalidades. Yo fui
atrevida y cogí el caoba. Estuve utilizándolo durante unos dos años, tenía el
cabello con un brillo precioso y al sol se me veía muy pelirrojo.
Pero después me dio por probar el resto de la gama, pasando
desde el rubio hasta el castaño oscuro. Últimamente estoy utilizando el castaño
claro y ya echo de menos mi color natural (yo soy castaña oscura). Así que hoy
he gastado el paquete que tenía de castaño claro y el próximo día volveré a
comprarme el oscuro.
En esta foto os presento la henna que venden en mi
herbolario. Os presento dos paquetes porque los suelo mezclar. La mayor parte
que utilizo es henna color castaño y después aplico un poco de caoba para que
me de unos reflejos cobrizos preciosos cuando me da el sol.
La henna se mezcla con agua bien caliente. O también se
puede mezclar con infusiones: manzanilla, té, té rojo, café, cacao… para potenciar
el color que buscamos.
Yo, en esta ocasión, la he mezclado con una infusión de
té negro y café, pues me apetece de nuevo volver a mi color original.
Además de la henna y la infusión, le hecho un poco de aceite,
a veces de oliva, a veces de almendras dulces. Esta vez le puse aceite de oliva
y también un poco de miel.
La mezcla hay que hacerla en un recipiente de plástico y
como más me gusta mezclarlo es con la mano. Hay que tener en cuenta que esta
misma henna es la que se utiliza para los tatuajes por lo que nos tenemos que
proteger muy bien las manos con guantes si no nos queremos tatuar las uñas y
las manos durante un buen periodo de tiempo. Con la henna viene un gorro de
plástico y también unos guantes, pero los guantes me parecen muy grandes e
incómodos y prefiero utilizar unos míos. Cuando todo está bien mezclado
parecerá barro. Este olor no tiene nada que ver con el de los tintes químicos.
No huele fuerte, tiene un olor particular que a mí me gusta. Incluso después de
lavarme el pelo aún conserva el olor de la henna, pero a mí me gusta mucho su
olor.
Antes de aplicarme la henna me pongo aceite de almendras
dulces en las orejas y la frente, si cae algo de henna el aceite nos protegerá
de que no se tiña la piel. Empiezo a aplicármela por la parte de adelante, es
donde tengo las canas; y me aseguro de cubrirlas muy bien.
Después sigo por el
resto del cabello hasta gastar toda la pasta. Después me cubro la cabeza con el
gorro de plástico que viene con en el paquete con la henna y encima me pongo un
gorro de baño. Ya solo hay que dejarlo actuar, yo lo dejo de tres a cuatro
horas.
Trascurrido este tiempo me lavo el pelo con mi champú
habitual. Hay que enjuagar muy bien y quitar bien todo el barro de la cabeza.
Se tarda un poco, pero merece la pena cuando ves el resultado final.
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